El entorno de la carpintería artesana del que formamos parte hace uso de diferentes maderas para la producción de sus objetos. Aunque, en Curvados Sanchís, trabajamos una de las más exquisitas y nobles que existen, la de haya, no es la única que ofrece unos excelentes acabados.
Como cabe suponer, los trabajos realizados con este material suponen un coste más elevado, son piezas muy cotizadas y valoradas. La madera se encuentra en todo tipo de formas, integrándose en un sinfín de objetos, tanto útiles como simplemente decorativos. Sin embargo, para que luzcan con mayor presencia y sean más duraderos, es inevitable que se piense en la calidad, en el tipo de árbol del que proviene y en el resultado final.
La madera de Haya
Posiblemente una de las maderas más demandadas en carpintería y también en construcción. El motivo de su popularidad se debe a sus excelentes propiedades estéticas y técnicas, ofrece una gran dureza y resistencia a la abrasión. Además, su densidad media la hace muy flexible para trabajar con ella sin restar resistencia a la flexión y al corte, con una buena capacidad para que los tornillos y clavos se queden agarrados y fijados.
Así mismo, la madera con la que trabajamos tiene una textura fina y uniforme que, junto a su tono más claro, permiten una apariencia moderna, contemporánea, sin perder clase. Por último, cabe señalar que posee una muy buena capacidad para ser teñida, por lo que se adapta a la más amplia variedad de diseños y estilos decorativos de interior.
La madera de Pino
Su cualidad más destacable es la facilidad con la que se realizan trabajos con ella. Se presta a la fabricación de elementos rústicos, aunque como también ofrece buena cualidad a las tinturas, y a ser decapada, se puede usar para diseños más modernos y atrevidos. En cualquier caso, es más vulnerable a los golpes, por lo que se considera, en este sentido, más delicada.
Es la variedad silvestre (marítimo, amarillo, laricio, insignis…) la más atractiva para la fabricación de muebles por sus propiedades de flexibilidad, ligereza y resistencia relativa. Considerada de categoría blanda, es recomendable que solo se use para elementos de interior, ya que no poseen mucha resistencia a los cambios climáticos y es muy fácil que contraiga hongos por la humedad.
La madera de Nogal
Esta es otra de las que ocupan un lugar de predominio y favor a la hora de elaborar muebles de madera, ya sea por su resistencia o por su durabilidad. Es fuerte y robusta, pero con un tacto muy agradable por su suavidad. Así mismo, no es una materia prima difícil de trabajar, por lo que es apreciada especialmente por los artesanos. Además, tiene una elevada capacidad para absorber tintes naturales y barnices, con los que conseguir buenos acabados.
Como contrapunto, hay que mencionar que es una de las más caras del mercado, no solo por la calidad y aspecto que ofrece, sino por pertenecer a un árbol de crecimiento lento que no se está repoblando como debiera.
La madera de Abeto
Esta madera clara y ligera presenta una resistencia muy adecuada para la construcción de piezas decorativas, sillas y otros muebles del hogar. Aunque muy parecidas en sus formas y características, no debe confundirse con el pino, en este caso, el aspecto de su madera es más homogéneo, con los anillos y los nudos menos marcados. Así mismo, a la hora de manipularla es más sensible, especialmente al aplicar tornillos y elementos que pudieran dejar marcas y deteriorar su aspecto. Se trata de una madera que debe tratarse correctamente para evitar que aparezcan hongos.
La madera de Roble
En este caso se trata de una madera muy densa (entre 700 y 770 kg/m3) y resistente, sobre todo a la humedad, motivo por el cual es la madera más usada históricamente para la fabricación de barcos. Por otro lado, sus propiedades mecánicas permiten que sea fácil de manipular, para clavar y atornillar, aunque presente zonas especialmente duras. En cuanto a sus cualidades estéticas, cabe mencionar la gran variedad de colores, tratándose de uno de los valores más interesantes para la carpintería, ya que permite mejorar y/o adaptar el mobiliario a los gustos y criterios estéticos de los propietarios. También consigue un buen acabado al aceptar muy bien los barnices y pinturas, sin temer por el mantenimiento.
Otras maderas interesantes para la carpintería son la de caoba, de teca, de cerezo y olivo, entre otras.