Si somos capaces de mantener limpios nuestros muebles de madera, estaremos evitando que sufran ataques biológicos que acaben deteriorándolos o los estaremos conservando ante ataques de humedad o de excesiva sequedad, prolongando su ciclo de vida.

Tanto las sillas como las mesas y demás mobiliario de madera natural deben limpiarse de forma periódica de manera cuidadosa, y solo con productos específicos para que no se dañen y luzcan perfectos. En ningún caso deberán usarse productos químicos destinados a otro tipo de materiales, como el cristal o el metal.

En relación a la forma más aconsejable será utilizar un paño seco, en primer lugar, para eliminar la capa de polvo superficial y, cuando se requiera, hacer uso de un paño mojado con algún tipo de producto aconsejado, pero secando con inmediatez después de la aplicación. De este modo, se evitará que la madera absorba humedad y se deteriore. Hay que recordar que la humedad y la exposición directa al sol son dos de los grandes enemigos de la madera natural. En cuanto a la frotación, deberá ser suave y en dirección del sentido de la veta.

A continuación, se presentan algunos trucos para limpiar los muebles caseros.

Muebles de madera barnizados

Cuando la madera ha sido barnizada, los muebles lucirán más limpios y relucientes, siempre que el tono sea oscuro, aunque, por el contrario, el polvo también será más apreciable. En cualquier caso, será más duradera, puesto que esta capa protectora evitará que el polvo o la suciedad se incruste, que los insectos la usen de alimento o de hogar, la humedad la hinche y deteriore o la luz la reseque, desgastando los colores y el brillo.

Sin embargo, como cabe esperar, los muebles barnizados van a requerir un cuidado más específico. Los pasos para lograr una limpieza eficaz comienzan con la retirada del polvo con un paño seco, de algodón, asegurando que no pierde pelusa. Seguidamente, se mezclará alcohol isopropílico con aceite de linaza en la misma medida. La cantidad a preparar dependerá de la superficie que se va a limpiar. Para añadir protección al mueble, se le puede agregar un poco de glicerina.

Se deberá pasar un paño, humedecido con esta fórmula, de forma suave sobre la superficie a limpiar y esperar aproximadamente 10 minutos para eliminar los restos y sacar brillo a todo el mueble. Para esta acción se recomienda el uso de un paño limpio de algodón.

Otra fórmula también eficaz para limpiar muebles barnizados es con vinagre y aceite de oliva en la misma proporción. Se aplicará de la misma forma anteriormente descrita, aunque el tiempo de reposo se amplía hasta los 30 minutos.

Cómo limpiar eficazmente los muebles de madera más antiguos

Es bastante habitual que nuestros clientes nos pidan consejos sobre cómo limpiar esas sillas, mecedoras y demás enseres de madera que han heredado de sus padres y abuelos. Es lógico suponer que los muebles de madera antiguos estarán más o menos desgastados, aunque lo que es bastante probable es que estén debilitados y necesiten una atención especial.

En cualquier caso, habrá ciertos objetos y muebles antiguos que solo van a necesitar una limpieza superficial como cualquier otro mueble adquirido recientemente. Sin embargo, habrá otros que sí van a necesitar un cuidado más específico.

Para ambas situaciones lo que mejores resultados ofrece es empapar una esponja con una mezcla de vinagre y aceite de oliva y abundante jugo de limón. Limpiar el mueble a fondo, sin aplicar una fuerza excesiva sobre la madera, pero asegurando que se arrastra la suciedad.

Si el mueble se limpia con cierta frecuencia y no aparece demasiado sucio, entonces con un trapo de algodón humedecido en esta fórmula bastará. La forma de aplicación más efectiva es realizando pequeños movimientos circulares, aunque cabe recordar que siempre es mejor siguiendo la dirección de la veta. Con la solución mencionada será muy fácil eliminar tanto la grasa como el resto de productos incrustados en la superficie de la madera y, por supuesto, el polvo y demás restos depositados sobre ella.

Para finalizar este ejercicio, bastará con un trapo limpio humedecido en agua para pasar y arrastrar los residuos que hayan podido quedar. El mueble deberá dejarse secar durante media hora, aproximadamente, para después pasar un paño con cera para muebles o con glicerina que permita a la madera recuperar todo su esplendor.

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